No deberíamos.
No.
De ninguna manera deberíamos estar hablando de un policía que le dispara a alguien a 6 metros.
Le dispara y lo mata.
A 6 metros.
Y el mensaje de la bala en la espalda de un ser humano.
Aclaremos que no pararse en la vereda de la derecha rancia no significa aplaudir la izquierda pavota.
Robás, herís, matás, vas preso, tenés un juicio.
La potestad de la violencia la tiene el Estado y no discutimos (por lo menos en esta nota) a ese ente que nos saca de la guerra de todos contra todos llamado Estado.
Pero un policía mata a 6 metros.
Por la espalda.
A un pibe de 19. Un pibe ladrón, un pibe delincuente, que quiso matar, que debe ir preso.
Se recibe al policía en la Rosada. Se lo felicita por su "valentía".
El ex presidente de Boca le dice que lo va a defender, que esta justicia no le gusta.
Hubo una justicia que dice que hubo exceso en el uso de la violencia, pero no le gusta al oficialismo.
El policía le dispara dos veces, en la primera le rompe el fémur, la justicia determinó que el segundo disparo fue innecesario. Entró por la espalda y le perforó los intestinos causándole la muerte.
El policía es condenado, al oficialismo no le gusta lo que dijo la justicia, quiere otra justicia. Una justicia que diga que está bien que un policía le tire por la espalda a un pibe tirado en el suelo.
No podemos decir que no son coherentes, así murió Nahuel, Santiago Maldonado se ahogó solo, Echazú es ascendido.
La policía está suelta y está armada
La policía y el gobierno están diciendo sin hablar.
Son gestualidades, son advertencias.
La policía y el gobierno tienen muchos colmillos sedientos.
La sangre quedó en la calle, en la espesura del bosque mapuche, en el río, en las plazas.
La sangre es nuestra, nunca de Ellos.
No.
De ninguna manera deberíamos estar hablando de un policía que le dispara a alguien a 6 metros.
Le dispara y lo mata.
A 6 metros.
Y el mensaje de la bala en la espalda de un ser humano.
Aclaremos que no pararse en la vereda de la derecha rancia no significa aplaudir la izquierda pavota.
Robás, herís, matás, vas preso, tenés un juicio.
La potestad de la violencia la tiene el Estado y no discutimos (por lo menos en esta nota) a ese ente que nos saca de la guerra de todos contra todos llamado Estado.
Pero un policía mata a 6 metros.
Por la espalda.
A un pibe de 19. Un pibe ladrón, un pibe delincuente, que quiso matar, que debe ir preso.
Se recibe al policía en la Rosada. Se lo felicita por su "valentía".
El ex presidente de Boca le dice que lo va a defender, que esta justicia no le gusta.
Hubo una justicia que dice que hubo exceso en el uso de la violencia, pero no le gusta al oficialismo.
El policía le dispara dos veces, en la primera le rompe el fémur, la justicia determinó que el segundo disparo fue innecesario. Entró por la espalda y le perforó los intestinos causándole la muerte.
El policía es condenado, al oficialismo no le gusta lo que dijo la justicia, quiere otra justicia. Una justicia que diga que está bien que un policía le tire por la espalda a un pibe tirado en el suelo.
No podemos decir que no son coherentes, así murió Nahuel, Santiago Maldonado se ahogó solo, Echazú es ascendido.
La policía está suelta y está armada
La policía y el gobierno están diciendo sin hablar.
Son gestualidades, son advertencias.
La policía y el gobierno tienen muchos colmillos sedientos.
La sangre quedó en la calle, en la espesura del bosque mapuche, en el río, en las plazas.
La sangre es nuestra, nunca de Ellos.
Martín Orellano
Escritor
Estud Ciencia Política
Trabajador de Radio
pocoloco.orell@gmail.com
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