Como una especie de niebla que disipa el sol.
Miles de trabajadores con sus ajadas experiencias fabriles abrazadas en la desesperanza de los botones que disparan en sus corazones de mundo, la angustia errada del desempleo, pero la pobreza al parecer desaparece...
Otros trabajadores certificando en sus huellas, en las extremidades de sus manos que devora el titán de lo anti estatal el traje del verdugo que lo transforma en ñoqui y lo escupe al futuro de los parajes de la exclusión, pero la pobreza parece disiparse.
Los changarines de las obras topándose en los vidrios de miles de autos de semáforos con la indiferencia ,con la latencia del desprecio burgués, porque no hay pared para levantar , porque no hay nada, porque no hay nadie, porque un buchón en la tele le dice que en la Argentina no trabaja el que no quiere.
¿Dónde vivirá, comerá y disfrutará de la miel del agua tibia ese buchón, cuantas monedas valdrá su veneno, sabrá el que la pobreza está desapareciendo?
Los niños y niñas de la asignación que en dos años perdieron una décima parte de la platita que alimenta su pancita y la de sus viejos, y que tal vez prometen en su derecho unas buenas zapas o un guardapolvo con olor a nuevo para encarar esas lindas aulas de compañeritos y compañeritas y de maestras con tierno saber, estarán ahí sus maestras?
Algún funcionario les contó que la pobreza desaparece, que la pobreza que se desvanece?
Y esa ancianidad pulida en médicos de cabeceras y formularios de autorización de medicamentos hoy no cubiertos y porcentajes atados a la meteórica sinceridad del precio de las farmacias y la previsibilidad de la previsional del presidente y una claque de gobernadores quemándose en la hoguera fantástica del pacto fiscal..Sabrán ellos que la pobreza está desapareciendo?
¿Lo sabrán esos pequeños negocios y empresitas de ciudades y pueblos en donde el patrón y el chambeador comparten el mate, la puja por la guita para repartir y el pelaje de la producción en la calle, atareados a la reconversión y a la competitividad que les disparan como amenaza los jugadores de la timba financiera , los que abren la trinchera e inundan de desempleo importado en la china o en los campos de la europita de reyes y princesas?
Sabrán desde las tripas de la subsistencia que la pobreza se está diluyendo?
¿Ya alguien le contó a los vendedores de la calle, a los que venden chipa, al sanguchero, a los esbeltos senegaleses, al cumpa latinoamericano a los cabecitas negra de barrios y villas con su pilcha para vender, con sus churros y torta fritas y su rica comida para el obrero de las urbes, al que los azules empujan y despojan de su condición, algún juglar de los mercados y las estadísticas les cantaras las loas de la desaparición de la pobreza?
El amo sabe que nos gustan lamer el limbo de las virtualidades, sabrán de realidades el poro de nuestras pieles o apresadas en el cuentito de la pobreza, verán ser un pertrecho del tesoro de los inocentes.
Cristian Arrieta
Trabajador Social.
Militante de la Agrupación Paco Urondo.
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