Quince años dice el dios Cronos y también nuestra costumbre de marcar rayitas en las paredes. Quince años de aquel tiempo en que el agua entró a la ciudad. Tengo la cabeza llenas de sensaciones, porque recuerdo de a fragmentos, tengo que hacer mucho esfuerzo en hacerlos correlativos, no sé qué pasó primero. Avenida Freyre con familias mojadas, Él Ella Dos Chicos, mojados, dos bolsas de consorcio, las abrazaban y caminaban. Dejé el taxi en Roque Sanz Peña y fui a dar una mano al hospital, el agua crecía, me temblaban los brazos con la arena mojada, pesaba mucho, éramos un montón. El gobernador pasaba con su sobretodo, lo putearon tanto, pero tanto, que se tuvo que ir como rata. Había ratas que corrían desesperadas. Hormigas rojas me agarraron las piernas, yo estaba de vaquero, me tuve que esconder para sacarme el pantalón que estaba lleno, lo enjuagaba en el agua marrón y me lo volví a poner. Vayan a dar una mano para sacar a los viejos, Salta y la vía, venían caminand